Las empresas deben trabajar la transaccionalidad de sus medidas de felicidad, generar un entorno adecuado y estimular a sus trabajadores para que aprovechen las herramientas que los harán más felices y por esta vía más productivos.
El desarrollo de la tecnología trajo consigo un miedo: que las habilidades humanas sean reemplazadas por las máquinas. Cada mes salen estudios sobre las profesiones que desaparecerán, pues los robots serán capaces de reemplazar sus funciones.
La tecnología también transformó el campo laboral para generar mayor productividad y construir una nueva relación entre empleados y empleadores. Andrés Ramírez, el primer profesor de Felicidad en una universidad de Colombia, explica que “el concepto ahora es no trabajar muchas horas sino mejores horas. Y eso implica la relación entre tiempo trabajado y productividad, en la que a los países de América Latina siempre les va mal”.
En Colombia, por ejemplo, el Índice Global de Competitividad (ICG) reveló que el país pasó del puesto 71 al 66 entre 137 economías, pero con retrocesos en varios aspectos entre los cuales está la eficiencia del mercado laboral.
Por eso, Ramírez destaca que ahora lo más importante para una empresa debe ser el bienestar de sus trabajadores, pues finalmente son estos los que permiten que sean alcanzadas todas las metas en crecimiento y atención al cliente, entre otras.
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Pero buscar “la felicidad deber ser un esfuerzo tanto de la empresa como del empleado. La organización provee el entorno, pero no hace a nadie feliz”, explicó. En ese sentido es importante que las empresas evalúen cuáles podrían ser las medidas más adecuadas para estimular a sus trabajadores y que estos realmente las utilicen para no “malgastar” los recursos de su empleador.
“También creemos que una persona que elige ser feliz va a serlo en esa empresa con buen entorno o sin buen entorno e incluso en contra de la adversidad, lo que pasa es que se va a ir”, añade Ramírez.
Las empresas deben trabajar la transaccionalidad de sus medidas de felicidad, generar un entorno adecuado y estimular a sus trabajadores para que aprovechen las herramientas que los harán más felices y por esta vía más productivos.
“Las organizaciones invierten mucho dinero, recursos, tiempo y gente valiosa en atender a su cliente, en estrategia e inteligencia de mercadeo, en muchas cosas para tener una mejor propuesta de valor pero la relación en inversión de tiempo, esfuerzo y recursos no es la misma cuando se trata de invertir en tu gente, que es la que hace realidad esa estrategia con el cliente”, destaca Ramírez.
El también cofundador de la consultora Plurum explica que para cada organización se desarrolla un modelo de felicidad y un método para contabilizar los beneficios de sus medidas y que estas se vean reflejadas, por ejemplo, en la rentabilidad de la empresa.
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Y una vez identificadas e implementadas las medidas, los fundadores de Plurum señalan que es importante que toda la empresa encuentre la “sintonía” con sus empleadores y con el objetivo de incentivar la productividad mediante la felicidad.
Pues de nada sirve que la organización ofrezca a sus empleados flexibilidad en el horario, teletrabajo o salas de descanso si son los mismos jefes de áreas o trabajadores quienes menosprecian las medidas y desincentivan su uso entre quienes en efecto las aprovechan.
Éxitos múltiples
El mercado laboral tiene otro cambio grande: cada vez más trabajadores quieren ser exitosos en más ámbitos en su vida que el empleo y la familia, destacan los fundadores de Plurum.
Andrés Ramírez explica que, mientras hace 30 o 40 años los trabajadores buscaban ser los mejores, tanto en sus empresas como en sus hogares, hoy buscan una “vida con significado” que no se enfoque únicamente en su historia laboral “porque lo que sí es cierto es que en las próximas décadas las jornadas laborales se van a reducir; la tecnología va a reemplazar al hombre en sus actividades y el tiempo que vamos a trabajar va a ser cada vez menor”.
Ramírez señala que el cambio ya es evidente, por ejemplo, en el creciente número de trabajadores que además de cumplir con su jornada laboral son gamers, deportistas de alto rendimiento, bloggers, influenciadores en redes sociales, decoradores o incluso se dedican a sus mascotas.
Por esta razón “una empresa que hoy no entienda que sus empleados deben estar en el centro, es una empresa que va a desaparecer”, sentencia Ramírez.
Grandes marcas
Las grandes empresas en Colombia llevan un par de años en la búsqueda e implementación de políticas de felicidad para sus empleados. Algunas de las marcas más representativas en el país que ya trabajan de la mano con Plurum en incrementar su productividad al hacer felices a sus empleados son Camacol, Fogafin, Avianca, Enel, Coosalud, RCN, Unicef y Procolombia. Ramírez y sus socios advierten que solo trabajan con empresas que “genuinamente” estén buscando la felicidad de sus empleados.
Fuente: www.dinero.com
CLIMA ORGANIZACIONAL | 8/23/2018
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